Según la medicina tradicional china (MTC), la salud es un estado de equilibrio en el que la elección de los alimentos es la clave. Esta teoría se basa en la idea de que todos los fenómenos del universo son el resultado del movimiento y mutación de los cinco elementos de la naturaleza.
Estos elementos son: agua, madera, fuego, tierra y metal.
Los cinco elementos, están relacionados con todos y cada uno de los aspectos del ser humano, tales como: la fisiología, psicología, los órganos, los sistemas, las emociones y por supuesto los alimentos. A cada elemento le corresponde un sabor, un olor, un color, una textura, una emoción, una estación del año, etc., y a su vez estos, afectan a su elemento correspondiente. Para gozar de buena salud, estos elementos deben estar en armonía.
Según la MTC, los alimentos también tienen una energía propia de acuerdo a sus nutrientes, a su contenido en agua, a su lugar de crecimiento, etc., que al tomarlos repercuten en nuestro cuerpo y nuestro estado emocional. Somos lo que comemos, por lo tanto, si te sientes cansado, débil, estresado, etc., deberás observar cómo es tu alimentación y preguntarte: ¿Es lo suficientemente variada? ¿Cómo me siento después de comer? ¿Desde cuándo ocurre esto? ¿Qué es lo que falta en mi vida y en mi dieta?
Armonizar nuestra casa, nuestro espacio vital, nuestra energía y nuestro entorno, es importante. Y mucho más importante es armonizar nuestro cuerpo. Una buena elección, combinación y cocción de los alimentos nos ayuda a generar la energía que necesitamos en cada momento.
Cabe destacar que el equilibrio nutricional desde la perspectiva de la MTC es muy diferente de la de nutrición occidental. La nutrición moderna se basa en el conocimiento de la composición química de los alimentos y las vías bioquímicas del cuerpo, cuantificando proteínas, carbohidratos y grasas.
Por su parte, como ocurre con todos los demás aspectos de la MTC, la dieta equilibrada, tiene en cuenta cuatro cualidades y Cinco Energías Elementales.
Los Alimentos, las Cualidades, y los Cinco Elementos
Es importante recordar que las propiedades de los alimentos se identifican según los Cinco Sabores y Cinco Colores correspondientes a las Cinco Energías Elementales: dulce-amarillo-tierra, picante-blanco-metal, salado-azul-agua, agrio-verde-madera, amargo-rojo-fuego. Y también por las cuatro cualidades: fresco, frío, tibio, caliente.
Pero, ¿cómo funcionan estos conceptos en lo que se refiere a la alimentación?
Por ejemplo, si queremos que un plato sea equilibrado energéticamente, tendremos en cuenta que haya variedad de colores, olores, sabores y texturas. Estos se mezclarán de forma variada: crudos, semicrudos, cocidos, escaldados, rehogados, u horneados. La forma de preparación culinaria, marcará una gran diferencia en su aportación psicológica, energética y emocional.
El reto es consumir una dieta que contenga un equilibrio sano entre todo lo anteriormente dicho para que la alimentación sea a la adecuada para la persona que la toma.
Desde el punto de vista energético, casi ningún alimento tiene una sola cualidad, sin embargo la mayoría de veces se tiende a clasificarlos.
Por ejemplo, los alimentos fríos y frescos hidratan, refrescan y calman. Se utilizan para contrarrestar los estados de exceso en el organismo con síntomas tales como: fiebre, insolación, calor, agitación, ansiedad, sed, tics, hiperactividad, etc.
Mientras que los alimentos cálidos y templados aportan energía, activan el metabolismo, calientan, etc. Se utilizan para contrarrestar estados tales como frío, falta de energía, dolores reumáticos por frío, falta de circulación de la sangre, etc.
Los Cinco Elementos
En cuanto al sabor, se distinguen cinco: dulce, salado, picante, amargo y ácido. Cada sabor tiene correspondencia directa con los órganos del cuerpo: el sabor dulce está relacionado con el Bazo, el Páncreas y el Estómago; el sabor salado con los Riñones y la Vejiga; el picante con los Pulmones y el Intestino Grueso; el amargo con el Corazón y el Intestino Delgado y el ácido con el Hígado y la Vesícula Biliar.
Cada sabor tomado en cantidad moderada tonifica el órgano relacionado y es beneficioso para todo el organismo; pero si se abusa de algún sabor en particular éste dañará los órganos en cuestión. Pequeñas cantidades de un sabor siempre desbloquean, estimulan y ayudan. Grandes cantidades, estancan, sobrecargan y bloquean el organismo.
Una dieta equilibrada deberá contener todos los sabores, pero siempre debe predominar el sabor dulce de los carbohidratos, (cereales por ejemplo) y no de los azucares refinados (azúcar refinada) ya que según la MTC el Elemento Tierra y los órganos implicados: bazo, páncreas y estómago son el Centro Energético del organismo y conviene que estén en equilibrio.
1. Sabor Dulce
Es de naturaleza cálida y por tanto levanta la energía, es tonificante y promueve la producción de sangre. Cuidado con el exceso en el consumo de este sabor porque genera humedad y flema. Podemos considerar como buenos alimentos dulces: los carbohidratos de metabolismo lento como los cereales integrales. Son los alimentos que nos darán un suministro alto de energía y vitalidad.
2. Sabor Ácido
Es de naturaleza fría, es astringente y recoge la energía hacia dentro; es útil en diarreas, sudor excesivo y hemorragias. Éste sabor desintoxica y a pesar de su sabor ácido, el efecto en el organismo es alcalino. Podemos considerar como buenos alimentos ácidos los alimentos fermentados, como verduras fermentadas, salsa de soja, miso etc., que regeneran la flora intestinal y los alcalinos como los limones, las mandarinas etc., que alcalinizan la sangre.
3. Sabor Picante
Es de naturaleza caliente y levanta la energía, ayuda a la circulación de la sangre y a entrar en calor. También ayuda a los pulmones y al intestino. Podemos considerar como buenos alimentos picantes: el jengibre, el clavo, la cayena, que ayudan a eliminar la mucosidad del organismo.
4. Sabor Amargo
Es de naturaleza refrescante. Es tonificante del corazón. En cantidad moderada beneficia tanto al corazón como a la sangre. Pero su uso excesivo los daña. Podemos considerar como buenos alimentos amargos las verduras como: alcachofas, endivias, cardo y también tendremos en cuenta las plantas medicinales amargas como el boldo, el cardo mariano, etc., que ayudan en la digestión y depuran la sangre.
5. Sabor Salado
Es de naturaleza caliente. El sabor salado en pequeñas cantidades es remineralizante. En cantidad moderada tonifica los Riñones. Pero su uso excesivo los bloquea y los daña. Podemos considerar como buenos alimentos salados: las algas, la sal marina, el Tamari o el Gomasio.
Algunos alimentos naturales producen efectos energéticos estables y equilibrados. Los más importantes a destacar son: cereales integrales, verduras frescas y variadas, proteínas vegetales, alimentos ricos en fibra, algas, frutas, semillas, grasas vegetales, frutos secos y aderezos naturales.
¿Quieres estar más energético, más equilibrado, más alegre, menos disperso y al mismo tiempo disfrutar de una paleta de sabores que estimulen tu organismo ésta primavera?
Aquí tienes una sencillo batido para empezar el día que te puede aportar satisfacción emocional y reequilibrio energético, por su combinación de azucares saludables, aderezados con una pizca de sal.
Batido de fruta
- Medio vaso de frutas frescas: fresas, melocotones, plátano.
- Un vaso de leche de arroz.
- Una cucharada de jugo de limón.
- Una pizca de sal.
- Una pizca de jengibre o cayena.
- Batir los ingredientes y consumirlo inmediatamente después de prepararlo.
Artículo publicado en la revista Espacio Humano. Nº 185, pág. 12. Mayo 2014
Isabel Pérez Broncano. Reflexóloga – Autora del libro Reflexología Integral
Directora de Ranvvai Escuela de Reflexologías y Centro de Terapias Naturales