Tensión, dolor de cabeza, pérdida de control, mal humor… Son palabras muy habituales hoy en día que están relacionadas con el estrés. Se define al estrés como la "reacción fisiológica y psicológica ante una situación agobiante que prepara al organismo para la acción". En efecto, el organismo se prepara para la acción física, necesaria antiguamente para conseguir alimento, para defenderse o para huir de un peligro, por ejemplo.
Podríamos hablar de dos tipos de estrés:
- Eustrés (positivo y necesario): Motivación para aprender nuevas habilidades, iniciativa, imaginación, fuerza, vigoriza física y psicológicamente. La demanda del medio supone un DESAFÍO.
- Distrés (negativo y a evitar): Angustia, ansiedad y demás problemas del sistema nervioso que puede afectar a la memoria y al aprendizaje. La demanda del medio es EXCESIVA, intensa y/o prolongada.
El organismo cuando hay estrés se prepara para la acción física, necesaria antiguamente para conseguir alimento y matar a un animal, para defender "la manada" o para huir de un peligro por ejemplo. Las demandas de la sociedad han cambiado mucho y el estrés hoy en día no tiene nada que ver con esto, sino con una vida sedentaria y en muchos de los casos delante de un ordenador donde no hay que salir corriendo para huir o atacar físicamente para defenderse (o no se puede). Lo que ocurre es que el organismo no se ha adaptado y se prepara siempre para la acción física.
Podríamos hablar de tres tipos de respuesta que se da en el organismo:
1. Sistema Nervioso Central: Manda señales a los músculos para que reaccionen.
2. Sistema Nervioso Autónomo: Aumenta la frecuencia cardiaca, aumenta la tensión arterial, broncodilatación, disminuye el peristaltismo, se cierran los esfínteres digestivos y urinarios, se dilata la pupila, aumenta la sudoración, disminuyen las secreciones pancreáticas y digestivas, en el hígado se produce glucogenolisis.
3. Hormonas del Estrés:
- Adrenalina, prolonga la actividad simpática (todas las respuestas del sistema nervioso autónomo que acabamos de ver en la respuesta número 2).
- Cortisol, moviliza energía y la suministra a los músculos para la reacción del cuerpo. Si la exposición es prolongada, el cortisol intensifica la alimentación y contribuye a la recuperación del cuerpo tras la movilización de energía. Como consecuencia se puede aumentar de peso.
Trastornos que puede ocasionar el estrés
Problemas del sistema nervioso, hiperglucemia, tensión arterial alta, debilidad del sistema inmune, pérdida del deseo sexual, cansancio, cardiopatías, cáncer, envejecimiento...
El organismo nos avisa de que algo no está funcionando bien.
¿Por qué vivimos con estrés en nuestra vida?
Es muy frecuente ver como nuestra agenda diaria nos hace llevar una existencia frenética y a contrarreloj, con el consuelo de un futuro hipotético en el que, -engañándonos- gozaremos de libertad.
En realidad, si nos paramos a pensar un momento y nos damos tiempo para respirar, relajarnos y evaluar nuestro día a día, nos damos cuenta de que no es posible con tanto en tan poco tiempo.
Vivimos a un ritmo insano en el que posponemos necesidades básicas e importantes para llevar una vida feliz, continuamos funcionando de una determinada manera porque no nos hemos planteado otras formas de vivir.
Vivimos a un ritmo insano en el que posponemos necesidades básicas e importantes para llevar una vida feliz.
Nuestro día a día se rige por rutinas, valores y esquemas rígidos que hemos aprendido desde la infancia. Vivimos en la insatisfacción y llevando un estilo de vida antinatural, porque a no ser que alguna vivencia que nos impacte de manera importante y nos obligue a reflexionar y a mirar nuestro estilo de vida desde otro prisma, seguimos con los mismas rutinas y hábitos que no son efectivos ni nos hacen felices, pero la verdad es que no hemos aprendido a vivir de otra manera ni sabemos que hacer para plantearnos cambios que favorezcan nuestra felicidad y bienestar personal.
Estamos acostumbrados a guiarnos en la vida con cierta rigidez mental que nos lleva a repetir patrones y acciones que poco nos ayudan o favorecen a llevar una vida plena.
- Conflictos que se repiten de manera similar y con las mismas personas, una y otra vez, sin saber cómo atajar el problema de fondo.
- Falta de consciencia y auto-conocimiento.
- Inercia con respecto a modelos de vida poco favorecedores y poco saludables.
- Hábitos que son autodestructivos para nuestra salud física y mental.
- Perspectivas poco realistas respecto a lo que esperamos de los demás y de nosotros mismos.
- Falta de satisfacción personal porque las cosas no son como esperamos o las personas no nos responden como nos gustaría, es decir la vida no se ajusta a lo que deseamos.
- Nos seguimos aferrando a lo que conocemos, a cierta seguridad que nos aportan ciertas situaciones conocidas, en una palabra, tenemos miedo al cambio.
¿Qué podemos hacer al respecto?
1. Sugerencias para mejorar el rendimiento al reducir el estrés:
- Alimentación adecuada.
- Técnicas de relajación y de toma de consciencia (meditación).
- Ejercicio moderado (yoga).
- Comunicarnos y pedir ayuda a otros, buscar otros puntos de vista (coaching).
- Mantener actitud positiva, ser asertivo, mantener expectativas realistas.
- Organizarse el tiempo.
- Tener tiempo para uno mismo.
- Establecer prioridades.
- Frotar las manos y sonreir reduce el estrés.
- Alimentación para combatir el estrés:
- Hidratos de Carbono Complejos (Arroz integral y avena sobre todo).
- Algas para obtener minerales (sopas de miso, sushi...).
- Triptófano (plátano, aguacate, pescado).
- Magnesio (cereales integrales, semillas, frutos secos...).
- Otros (germen de trigo, lecitina de soja, levadura de cerveza).
2. ¿Cómo podemos buscar ayuda e intentar cambiar la inercia en la que vivimos evitando ser víctimas del estrés? ¿Cómo encontrar soluciones para ver la vida desde otro prisma?
Hay técnicas y herramientas que nos permiten manejar el estrés con otra perspectiva distinta a la de sentirse víctima o a no saber lo que uno tiene que cambiar. Debemos romper con la rigidez del pensamiento y empezar a decidir cómo queremos que sea nuestra vida.
Descubrir y aprender cómo podemos descartar emociones negativas que nos impiden movernos hacia aquello que queremos ser.
Aprenderás a gestionar el tiempo de una manera más eficaz, a comunicarte mejor, a mejorar la forma de pensar para conseguir los logros que uno se propone, a pensar en positivo y a ser optimista, a saber lo que quieres, a saber decir no sin dudar, a elegir aquello que más te favorezca, a dejar de lado las opiniones de los demás que no te convienen, a dejar de lado el miedo al cambio.
La mente flexible es aquella que acepta las dificultades y los cambios, se adapta a las situaciones y, ante los pensamientos negativos, asume que son pasajeros.
A través del Coaching Personal y Profesional, aprenderemos a desprendernos de todo aquello que nos sobra, a liberar nuevas ideas que estaban oprimidas bajo capas de insatisfacción personal para desplegar todo nuestro potencial.
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