¿Te has preguntado alguna vez por qué una asignatura te gustaba mucho más que otras, o por qué con un profesor parecías entender todo a la primera, mientras que con otros eras incapaz de entender nada? La ciencia nos orienta sobre las razones por las que sucede esto, y la inteligencia emocional y el coaching se presentan como herramientas para mejorar nuestras técnicas de aprendizaje. Te lo contamos todo en este artículo...
Nos ha pasado a todos...
Lo cierto es que la gran mayoría de nosotros hemos estado en las situaciones descriptas en el párrafo anterior. Sin embargo, no todos nos hemos parado a pensar por qué es así. ¿Qué hay detrás de mi capacidad, como estudiante o profesional, de adquirir nuevos conocimientos y aprender ideas o conceptos? Veamos primeramente qué tiene que decir la ciencia al respecto.
Partimos de la base de que el cerebro sigue siendo materia de estudio constante de los científicos, pues aún no hemos llegado a comprender totalmente cómo son los mecanismos que regulan nuestro pensamiento, nuestras emociones y nuestro carácter en general. Se ha avanzado muchísimo en las últimas décadas, es cierto, pero también lo es que todavía nos queda un gran camino por andar. En el ámbito de los estilos de aprendizaje, uno de los primeros indicios que apuntaban a que no todos aprendemos de la misma manera, se verificó en un estudio psicológico llevado a cabo en la Universidad de Pennsylvania a comienzos del 2009.
Los investigadores aplicaron la tecnología de obtención de imágenes por resonancia magnética a un grupo de voluntarios, procurando comprender qué zonas del cerebro se veían implicadas en el proceso de aprendizaje. Los resultados mostraron que, para los individuos que más se identificaban con un estilo cognitivo visual, se activaba en su cerebro el córtex visual cuando leía palabras. En oposición, aquellas personas que se consideraban más verbales y auditivas mostraban mucha más actividad en las regiones asociadas con la cognición fonética cuando se les mostraba una imagen, sugiriendo que tenían la tendencia a transformar la información gráfica en impulsos lingüísticos.
El modelo VAK y su explicación...
La investigación experimental y el trabajo de los psicólogos y neurocientíficos avanzaron a partir de estos descubrimientos, y se han formulado muchas hipótesis para describir la manera en que una persona aprende. Uno de los modelos más difundidos es el conocido como VAK por sus siglas en inglés (Visual, Auditory and Kinesthetic), el cual postula que todos tenemos tres vertientes a la hora de incorporar nuevos conocimientos, y que a menudo una de ellas sobresale por encima de las demás.
Cada ser es único e irrepetible. El modelo VAK nos resultará útil en la medida en que cada uno descubra cómo aprende, y escoja las técnicas que mejor se ajusten a su carácter.
Es preciso aclarar, de todas maneras, que esta división entre visual, auditivo y kinestésico en ningún caso significa que, o somos de un grupo o de otro. Al contrario, el modelo VAK reconoce que la gran mayoría de las personas puede aprender de las tres formas, y que incluso somos capaces de pasar de una a otra si las circunstancias así lo requieren.
El propósito de reconocer estas tres áreas de aprendizaje tiene que ver con sugerir técnicas específicas para aplicar a nuestra vida como estudiantes, profesionales o simplemente como individuos que desean aprender algo nuevo. Hay que recordar que cada ser es único e irrepetible, y que el modelo VAK nos resultará útil en la medida en que cada uno descubra cómo aprende, y escoja las técnicas que mejor se ajusten a su carácter.
Los tres perfiles de aprendizaje...
Entonces, el primer paso en nuestra búsqueda del mejoramiento en nuestro aprendizaje es descubrir cuánto de visual, auditivo y kinestésico tenemos. Para ello, lo primero es comprender a qué nos referimos con esta clasificación. Aquí lo resumimos:
Perfil visual: incluye a las personas que tienen la vista como el principal sentido asociado al aprendizaje. Algunos especialistas subdividen a los individuos en visuales lingüísticos y visuales espaciales, indicando que los primeros son los que aprenden a través del lenguaje escrito, mientras que los segundos se beneficias más de gráficos, demostraciones, vídeos, etc. En cualquier caso, las personas visuales tienden a recordar más lo que han leído o visto en un resumen, incluso si sólo lo han leído una sola vez. Tienen la capacidad de visualizar rostros y lugares muy fácilmente, usando su imaginación, y son muy buenos ubicándose en una ciudad. Tiene una buena consciencia de los objetos que los rodean, y un buen sentido de la ubicación espacial.
Perfil auditivo: al igual que pasaba con el visual, en este perfil se pueden encontrar dos sub grupos, las personas que se beneficias del audio externo (por ejemplo, al escuchar hablar a otras personas, etc.) y las que suelen mantener un diálogo interno con ellos mismos (aquellas que se escuchan a sí mismas). En general las personas auditivas suelen procesar mucho mejor los sonidos, y al estudiar o intentar memorizar, tienden a repetir lo que leen en voz alta o para ellos mismos en su mente, como una manera de transformar la información en impulsos audibles.
Perfil kinestésico: es el grupo que interactúa con el medio que lo rodea a través de los demás sentidos, y a menudo involucrando movimiento y acciones. Estas personas suelen aburrirse si la clase es demasiado teórica y supone permanecer quietos o en silencio por demasiado tiempo. Por el contrario, son los primeros en lanzarse a una actividad que suponga actuar, relacionándose con los demás a un nivel más práctico que teórico. También tienden a ojear primero un texto, antes de proceder a una lectura formal, o a caminar o mover las manos u otros objetos, incluso inconscientemente, cuando intentan memorizar algo.
Vale, pero... ¿cómo averiguo si soy visual, auditivo o kinestésico?
Tranquil@, ahora llegamos a la parte más interesante: averiguar cómo eres. Recuerda lo que mencionamos anteriormente, no eres sólo visual, o auditivo, o kinestésico, sino una mezcla de los tres. Es posible que encuentres un área predominante, pero eso no quiere decir que alguna de las técnicas o sugerencias de las otras dos no se puedan aplicar en tu caso. La mejor manera de utilizar el modelo VAK es tomar de cada perfil los consejos que mejor se apliquen a tu caso, comenzando por el predominante, pero sin olvidar los demás.
La mejor manera de utilizar el modelo VAK es tomar de cada perfil los consejos que mejor se apliquen a tu caso, comenzando por el predominante, pero sin olvidar los demás.
Para hacer un análisis de tu estilo de aprendizaje, primero te invitamos a que pienses en cómo eres, en función de las descripciones de los perfiles que has leído más arriba. Hazte una idea básica de cuáles de ellos mejor te describen. Ahora, una vez que tienes una indicación de en qué perfiles te sientes más cómodo, prueba a aplicar algunos de los consejos que te damos a continuación:
Si eres predominantemente visual...
- Utiliza gráficos, ilustraciones, resúmenes o cualquier otro tipo de ayuda visual.
- Acostúmbrate a tomar notas que luego te servirán para leer y repasar los contenidos.
- Recurre a textos adicionales y lecturas relacionadas. Recuerda que aprendes mientras lees.
- Razona y explica los conceptos, para ti mismo o en voz alta, como forma de entender y recordar lo que estudies.
Si eres predominantemente auditiv@...
- Repite para ti mismo (en tu mente) o en voz alta lo que estás estudiando. Dar lecciones orales es una de las mejores opciones para que estudies y memorices.
- Acostúmbrate a hacer preguntas en voz alta, y concéntrate en las respuestas que escuches.
- Prueba a estudiar en grupo, donde se formen debates y se intercambien ideas.
- Aprovéchate de todas las imágenes que acompañen al texto, ya que se te da muy bien extraer información de ellas.
Si eres predominantemente kinestésic@...
- Procura asociar actividades a los conceptos que estás estudiando. Por ejemplo, si tienes que recordar un proceso del tipo "el evento A produjo el B, al cual siguió C, y finalmente todo desembocó en D", dibújalo mientras lo dices. Si tienes que aprenderte un desarrollo matemático, ponte de pie y escríbelo en una pizarra mientras lo estudias.
- Acostúmbrate a hacer descansos regulares (períodos de estudio de no más de 50 minutos o 1 hora), en los que te pongas de pie y desconectes un momento.
- Descubre si puedes asociar estímulos sensoriales a los conocimientos que intentas recordar. Algunas personas memorizan mejor si se acompañan de música que les guste, o si se mueven o "juegan" con algún objeto mientras estudian. Camina mientras repasas o memorizas, o toma notas como forma de "moverte" mientras aprendes.
- Utiliza algún sistema de colores, marcando y subrayando los textos que intentas resumir y estudiar. Por ejemplo, puedes utilizar un color rojo para las cosas muy importantes, uno naranja para tus propios comentarios, y uno azul para indicar cómo y en qué orden un tema se relaciona con otro.
Más ayuda para aprender mejor...
Además de todo lo que se ha dicho en este artículo, recuerda que la clave para el éxito en todos los ámbitos de la vida, incluyendo el aprendizaje, radica en utilizar buenas herramientas y técnicas, en ser constante y organizado, y en mantener la motivación para alcanzar nuestras metas. A veces sucede que las personas saben lo que tienen que hacer, pero les cuesta organizar su vida para llevarlo a cabo; otras veces, comienzan con entusiasmo pero a medida que pasa el tiempo, se van desanimando y de a poco dejan lo que empezaron.
En cualquiera de estos casos, una buena solución sería recibir ayuda y guía externas, para que puedas concentrarte en aprender lo que necesitas y, a la vez, adquieras los hábitos del esfuerzo regular y constante, la organización y la gestión del tiempo. Éstas y muchas otras cosas se pueden obtener mediante un proceso de coaching.
Un coach puede ser tu mejor aliado a la hora de mejorar tu rendimiento académico, si piensas en volver a los estudios después de un largo tiempo, o si estás a punto de embarcarte en un nuevo proyecto que implica aprendizaje. ¡No limites tu futuro personal y profesional solamente por no conocer todas las técnicas! Realiza hoy mismo una consulta gratuita para averiguar si, con la ayuda de un coach, puedes aprender a aprender. Está a un clic de distancia y puede ser el comienzo de algo muy bueno en tu vida...