Seguramente recuerdas algún momento que compartías con alguien o realizabas alguna una actividad donde parecía que el tiempo desaparecía, y seguro que recuerdas algún momento cuando que tenías que esperar una decisión, esperabas una llamada importante… en el que parecía que el tiempo se había parado. Todos disponemos del mismo tiempo, irrecuperable e irremplazable. Aprende a gestionarlo de forma eficaz.
¿Cómo gestionas tu tiempo?
Seguro que recuerdas un momento que compartías con alguien o que hacías una actividad en la que parecía que el tiempo "volaba" y seguro que recuerdas algún momento en el que tenías que esperar una decisión, esperabas una llamada importante… en el que parecía que el tiempo se había parado.
Y es que la forma de medir el tiempo varía en función de la actividad que estamos realizando, con quién estamos compartiendo ese tiempo, cómo nos sentimos...
Todos disponemos del mismo tiempo, irrecuperable e irremplazable. Por ello, aprender a gestionarlo de forma eficaz es esencial para gestionar la vida, dándole valor a la misma y sobre todo dándonos valor a nosotros mismos.
¿Te has parado a pensar alguna vez exactamente a qué dedicas tu día a día? ¿Cuánto tiempo dedicas al trabajo, al ámbito personal o familiar? ¿Qué actividades impiden que alcances tus metas en cada una de éstas áreas?
Todos disponemos del mismo tiempo, irrecuperable e irremplazable. Por ello, aprender a gestionarlo de forma eficaz es esencial para gestionar la vida, dándole valor a la misma y sobre todo dándonos valor a nosotros mismos.
Cuando uno no da el valor que se merece (o que elije) a cada una de las áreas, son los demás los que acaban decidiendo por nosotros, perdiendo toda capacidad de elección.
Por ello te planteamos en este artículo un ejercicio sencillo para comenzar ese análisis de tus tareas diarias en el ámbito laboral, que te ayude a gestionar mucho mejor el tiempo. Este ejercicio podrías hacerlo también en las otras áreas de tu vida.
- Divide una hoja de papel en cuatro cuadrados, el cuadrado de arriba a la izquierda será el cuadrante número 1, el cuadrado de arriba a la derecha será el cuadrante número 2, el cuadrante de abajo a la izquierda será el cuadrante número 3 y el cuadrado de abajo a la derecha será el cuadrante número 4.
- Escribe en el cuadrante 1 todas las actividades IMPORTANTES Y URGENTES, que realizas en tu día a día a nivel laboral. Ejemplos: email, llamada...
- Escribe en el cuadrante 2 todas las actividades IMPORTANTES Y NO URGENTES, que realizas en tu día a día (o que deberías hacer y no haces). Ejemplos: comida con un cliente, organización y gestión del tiempo, delegar...
- Escribe en el cuadrante 3 todas las actividades NO IMPORTANTES Y URGENTES, que realizas en tu día a día. Ejemplos: llamada de teléfono, interrupción mientras trabajas...
- Escribe en el cuadrante 4 todas las actividades NO IMPORTANTES Y NO URGENTES, que realizas en tu día a día. Ejemplos: email, conversaciones no importantes...
Normalmente el cuadrante 1 se llena de cosas y es lo que produce estrés al tener la sensación de estar todo el día apagando fuegos. Te propongo que busques la manera de aumentar las actividades que ocupan el cuadrante número 2, el llevar a cabo estas actividades es lo que puede ayudarte a reducir las tareas del cuadrante 1. Analiza qué actividades podrías delegar, ¿cómo podrías reducir los fuegos (cosas urgentes e importantes) en tu día a día?
Reduce las actividades del cuadrante 4 y analiza si las actividades del cuadrante 3 son realmente urgentes, ¿son urgentes para ti o para otra persona? Incluso a veces se confunden actividades que pensamos que son del cuadrante 1 (importantes y urgentes) y realmente son del cuadrante 3 (no importantes y urgentes). Analiza qué puedes hacer con las actividades del cuadrante 3, ¿quizá delegarlas? ¿Quizá dejarlas para más adelante porque no son tan urgentes como pensabas?