Sabemos que durante todo el año, una dieta equilibrada lo más variada posible y la práctica de ejercicio de forma habitual, conforman los pilares básicos para un estilo de vida saludable. Pero para vivir en armonía y disfrutar de un alto nivel de energía, no sólo es cuestión de movernos y comer bien, hay otros aspectos a tener en cuenta, que forman parte de nosotros y que están muy relacionados con el entorno.
En este sentido, pocos fenómenos naturales influyen tanto en nuestra vida cotidiana y en nuestra salud, como lo hacen las estaciones del año.
Hay una estrecha relación entre nosotros y el medio ambiente, la variaciones cíclicas en la intensidad de la energía solar marcan los diferentes ritmos que sigue la naturaleza y, por tanto, nosotros mismos.
En este artículo, nos centraremos en cómo debemos nutrirnos en otoño e invierno, en las estaciones más frías, para que la alimentación sea un aliado en la protección de problemas típicos de salud.
Bien vale la pena que nos reconectemos con nuestro medio natural y respetemos el ritmo de la naturaleza, es importante tomar consciencia de cómo nos afecta nuestro medio en nuestra salud y equilibrio y los ajustes energéticos que debemos plantearnos de cuando en cuando...
¿Por qué en otoño se disparan las depresiones?
¿Y en invierno aumentan las gripes y resfriados?
Y la alimentación es uno de esos reajustes que debemos adecuar a las características propias de cada estación, ya que los alimentos tienen como función aportarnos la energía y los nutrientes precisos, para que nuestro cuerpo funcione en cada momento.
Es importante recordar que nuestra alimentación tradicional era sencilla y basada en alimentos locales, propios de cada temporada. La sabiduría tradicional se basaba en aquellas técnicas culinarias más adecuadas para cada estación con el objetivo de satisfacer las necesidades que suponían los distintos momentos climáticos, para vivir en armonía con el entorno.
Así, en invierno, se cocinaban platos y recetas calientes y reconfortantes para combatir el frío y en otoño, guisos calentitos para los días más fríos o platos más ligeros cuando salía el sol, incorporando aquéllos alimentos propios de cada temporada e incluyendo aquéllos que siempre se encuentran disponibles durante todo el año (cereales integrales, legumbres, frutos secos,...) ya que nos aportan energía, vitaminas, minerales, antioxidantes, etc.
A continuación, describimos como deberíamos ajustar la alimentación para el otoño e invierno, basándonos en la filosofía de la Nutrición Energética que tiene en cuenta la Teoría de los Cinco Elementos.
Alimentación para el OTOÑO
El otoño es la época del elemento metal para la Medicina Tradicional China. Época de máxima contracción de energía, densidad, fuerza, cohesión y poco movimiento. Es ideal para conectar con el espíritu, buscando tranquilidad y paz.
Los órganos que rigen esta estación son los pulmones y el intestino grueso. Si estos órganos están desequilibrados habrá tristeza, melancolía, energía bloqueada, ideas confusas, nostalgia, faltará estima personal, la persona será sarcástica y estará cerrado al mundo.
Cuando este elemento está en equilibrio se es capaz de discernir entre lo que nos hace crecer y lo que no, y se elimina lo que no sirve a nivel físico, mental y emocional.
Para equilibrarlos es bueno tomar hierbas aromáticas, especias y picantes de buena calidad (como puede ser jengibre o rabanito). Estos alimentos mueven energía y desbloquean el pulmón. El color relacionado con el otoño es el blanco, el sabor el picante, el momento del día la noche y la función es la de limpieza, drenaje y retención.
Alimentos como los lácteos, harinas, levaduras, horneados (pan, galletas...), grasas saturadas o carnes, bloquean estos órganos. También lo hacen las texturas pegajosas, muy secas o muy duras porque impiden la eliminación correcta.
A nivel físico es un buen momento para mejorar hábitos de vida. A nivel emocional, ayuda el analizar de qué podemos desprendernos, pensar en nuestros apegos y ver hasta qué punto son necesarios o los hacemos necesarios.
Tirar ropa que no usamos, cambiar de sitio algún mueble en casa, intentar cada día hacer algo diferente (ir al trabajo por un camino distinto, hablar con alguien que no conoces, dar un paseo por algún lugar nuevo...) son algunas recomendaciones que parecen sencillas y que pueden ayudar mucho a limpiar y depurar.
Si empiezas haciendo pequeños cambios a pequeña escala en tu vida conseguirás un resultado beneficioso.
Alimentación para el INVIERNO
Invierno,estación fría que desde la medicina tradicional china se relaciona con el elemento agua, el color negro, con los órganos del riñón y la vejiga, el momento del día sería el amanecer y el sabor salado.
Es una estación donde se cierra un ciclo y se abre otro.
Durante el otoño todo está parado, inmóvil y cerrado, es en el invierno donde empieza muy tímidamente el movimiento, la apertura y la fluidez que alcanzará su máxima expansión durante el verano.
Si el elemento agua está equilibrado habrá pro actividad, ganas de aventura, seguridad en uno mismo y adaptación. Si por el contrario, está desequilibrado los riñones estarán débiles y la emoción del MIEDO estará muy presente, también la inseguridad, la inflexibilidad, falta de confianza en sí mismo, timidez, indecisión, falta de energía, habrá sensación de frío permanente, ojeras o bolsas debajo de los ojos...
La persona se mostrará vulnerable, intentándose proteger física (con una postura cerrada - piernas o brazos cruzados-) y psicológicamente (siendo excesivamente prudentes).
¿Qué se puede hacer con la alimentación?
Lo más importante es evitar todos los alimentos que debilitan el riñón como son: comidas y bebidas frías, exceso de crudos, helados, bebidas azucaradas, alcohol, azúcar, miel, café...
Y por otro lado tomar más cantidad de cereales integrales, especialmente trigo sarraceno y arroz integral de grano corto y proteínas. Como proteínas es muy recomendable tomar azukis, una legumbre con forma de riñón y color oscuro que potencia la energía del riñón y muy recomendable en esta época.
En los cursos de Nutrición Energética encontrarás las bases y la estrategia para poder alimentarte desde un enfoque energético, teniendo en cuenta tu energía y la de los alimentos que tomas, aprenderás a comer y a elegir tus alimentos desde un punto de vista más consciente e integrativo, teniendo en cuenta algo tan importante como que
"Todo es energía, todos somos energía".
María Díez, Experta en Nutrición Energética