Los expertos calculan que el 80% de los signos de envejecimiento a los 40 años se deben al estilo de vida, incluyendo la alimentación, y no al paso del tiempo.
Y es que aunque es cierto que los años no perdonan también lo es que factores como el estrés, la polución, la mala alimentación o el sol tomado en exceso -entre otros- aceleran el proceso de oxidación y, por consiguiente, conducen al envejecimiento prematuro de la piel. La clave está en que la radiación ultravioleta, el estrés, las dietas inadecuadas, el consumo de tabaco o la contaminación a la que estamos sometidos son fuentes importantes de las que nuestro organismo absorbe cantidades excesivas de radicales libres que, como hemos dicho, desencadenan y/o aceleran procesos degenerativos como los de oxidación y envejecimiento.
Pues bien, una buena forma de ayudar al cuerpo en su labor de neutralizar los indeseables efectos de los radicales libres es incluir en la dieta nutrientes antioxidantes. Entre ellos destacan las vitaminas A, C y E, y los siguientes minerales: Selenio, Zinc, Cobre y Azufre, así como otros elementos como la Coenzima Q-10, los flavonoides y la cisteína, entre otros muchos. Estos componentes nutricionales han demostrado en diversos estudios su capacidad para proteger nuestras células de los millones de radicales libres que las bombardean a diario.
Pero... ¿es suficiente con comprar suplementos nutricionales?
Es evidente, analizada la importancia de una alimentación equilibrada y rica en sustancias antioxidantes, por qué en los últimos años han aparecido en el mercado tantos productos -especialmente lácteos y zumos- que incluyen en su composición alguna sustancia de este tipo; por ejemplo, zumos con vitaminas A, C y E o bebidas lácteas a las que se añade soja. Sin duda estos productos y los suplementos alimenticios ricos en antioxidantes -cada vez más frecuentes y numerosos en cualquier herbolario- suponen un interesante complemento para obtener a diario las dosis recomendadas de sus principios activos.
Sin embargo, es importantísimo que tengamos mucho cuidado en el uso de estos suplementos, dado que que un exceso de antioxidantes puede provocar el efecto contrario al pretendido. De ahí que nuestra recomendación sea la de siempre: consulte a un experto a fin de que le ayude a establecer qué aporte de antioxidantes es más adecuado en su caso.
Fuente: revista DSalud
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