Tu apretón de manos puede ayudar a identificar si eres sensible a padecer enfermedades graves, como la insuficiencia cardiaca, o candidato a sufrir un ictus, según un estudio.
En ocasiones, tras los gestos más cotidianos podemos encontrar marcadores de nuestra salud. Y no sólo nos estamos refiriendo al color amarillento del fondo ocular o a la palidez para indicar que nos encontramos mal. Otros gestos tan habituales como un apretón de manos nos indican algo tan profundo como nuestra salud cardiovascular.
O como dicen los autores del estudio, ayuda a identificar si el sujeto es sensible a padecer enfermedades graves, como la insuficiencia cardiaca, o es candidato a sufrir un ictus. Algo tan sencillo como medir la fuerza muscular que aplicamos a la hora de estrechar la mano con nuestros semejantes. En definitiva, se trata de una prueba de agarre que abre el camino para controlar la presión arterial sistólica.
Ejercer poca fuerza se relaciona con un indicador de peor calidad de vida. El estudio recoge muestras de más de 140.000 personas a lo largo de cuatro años a los que colocaron un dinamómetro para medir los kilos de presión que ejercían con el apretón. Las conclusiones: cada vez que descendía cinco kilogramos la fuerza del apretón aumentaba un 16% el riesgo de muerte por cualquier causa y, concretamente, aumentaba un 17% más de riesgo de muerte por alguna enfermedad del corazón. Las subidas más modestas se detectaron en la posibilidad de sufrir un ataque al corazón (7%) o un derrame cerebral (9%).
Unos datos que fueron cruzados con otros factores como edad, el trabajo, la masa corporal, la actividad física y el consumo de alcohol y tabaco. En los resultados, el equipo de científicos subraya que sí la talla y el peso, por lo que las diferencias étnicas deben ser tenidas en cuenta al evaluar el apretón.
Ahora bien, siendo significativo el estudio, sus autores matizan que aun es pronto para determinar si el apretón de manos se convierte en un biomarcador decisivo a seguir rutinariamente en el envejecimiento. A favor de la prueba, es que es muy barata y que podría ser muy útil para estudiar el riesgo de diversos grupos de población de forma separada.
Curioso, ¿no?
Fuente: Irispress